Crecido e instruido en dicha fábrica durante sus 45 años de vida, John terminó desarrollando un incondicional y desmesurado amor hacia los tubos, que se convirtieron en el centro y razón de su vida. Tanto, que uno de los momentos más complicados de su vida fue cuando su fábrica comenzó a elaborar también en maldito tubo acodado, el cual John nunca toleró.
La muerte de uno de sus mejores amigos, el tubo Simple, fue otro momento crítico de su existencia.
Tras esto, Williams Tubo vagó un tiempo sin rumbo, hasta dar con el todopoderoso y Sabio Pelícano, que en lugar de recriminarle su amor por los tubos, le prometió tantos como quisiera si le ayudaba en su conquista electoral de la Nación. Williams Tubo aceptó sin dudas tal labor, que a la postre le resultaría increiblemente satisfactoria.
Y así John pasa a encargarse de todas las labores de coordinación del partido, mediante un sistema de tubos que conecta todas las oficinas y entes que pertenecen a nuestra amada organización.
Aquí, una foto de John Williams Tubo el día de su investidura como Secretario general.